viernes, 13 de noviembre de 2009

Los más gracioso que me pasó a causa de un trabajo de la facultad (2da. Parte)

[Nótese que quité el gerundio del título, haciendo honor a ciertas clases de redacción periodística que he recibido]

Bien, prosigamos.

Cita número 2. Seudónimo: Muti

Yo: ¿Por qué Muti?

Muti: Me llamo Nahuel. Mis amigos me pusieron Muti...

Yo: Ahhh, claro, claro...

Muti: (Decidido, excesiva buena onda, encarador) Bueno Lucía, ¿cómo estás? ¿Cómo llegaste hasta acá?

Yo: Y bueno, una amiga me lo recomendó... Y vine para ver de qué se trata. Pero tengo algo de desconfianza en este sistema.

Muti: (Exagerando expresiones, como si lo que le dije fuera la cosa más extravagante que escuchó) ¡Epaaaaa! ¿Desconfianza? ¿En la gente?

Yo: (Irritada por su efusividad injustificada) No, en el método.

Muti: (Se sorprende terriblemente, yo no sé qué mierda le pasa, si tomó alguna droga o hace mucho que no habla con gente de otra cosa que no sea el clima) ¿En el método? ¿Por qué?

Yo: Y, por empezar, diez citas me parece poco. El universo de hombres es mucho más grande que diez citas. ¿Por qué debo conformarme con esta reducida oferta?

Muti: (Continúa exagerando) ¡AAhhhhh, bueeeeno! Pero algo es algo, hay que intentar, ¿no?

Yo: (Me doy cuenta de que, como dije la frase “universo de hombres”, ya al pibe le parezco una intelectualosa extraña, que no puede envolver con su actitud ganadora, positiva, bien arriba. Se asusta. El tipo desearía que yo fuese una boluda. Su pose decidida y encaradora retrocede. Entonces, le doy una mano para que hable y, de paso, averiguo cosas que me pueden servir para el trabajo de la facultad) Y vos, ¿qué? ¿No desconfiás de nada?

Muti: Mmm, hay algo que sí. Mmm, ¿vos no pensás que acá hay extras?

Yo: (Haciéndome la desentendida. A partir de ahora soy la boluda que él siempre soñó) ¿Cómo extras?

Muti: Sí, personas que la mina trae para rellenar. Minas que están buenas pero están arregladas. Por ejemplo, esa tipa de ahí me dijo que hace dos horas se anotó para venir y acá está. ¡Y yo tuve que esperar dos semanas para que me confirmaran!

Yo: (Conteniendo la risa, me salió perfecto) Mmm, sí, puede ser... ¿no? Pero bueno, qué vas a hacer... Ahora, cambiando de tema, ¿cuántos años tenés?

Muti: 28.

Yo: ¿Y qué hacés?

Muti: Vendo pinturas... Trabajo para una pinturería y recorro BLA BLA BLA BLA BLA

[Mientras Muti habla, yo comienzo a recordar su sospecha sobre posibles extras que me había transmitido minutos antes, recuerdo lo que le contesté y me río sola]

Muti: Sí, ¿viste? Es terrible...

[Evidentemente, él se piensa que me sonrío porque algo de lo que dice me causa gracia y se entusiasma más en su exposición. Para esta altura ya me está contando que a los 19 años se fue a vivir con su novia y BLA BLA BLA......]

SUENA LA CAMPANA

Muti: ¡Aaaay! Qué pena. Me daban ganas de seguir hablando...

Yo: (Sonriendo) Ay, sí, sí. (Recordemos: soy boluda y actúo como una boluda frente a él, lo de “universo de hombres” fue un desliz que no sabemos de dónde provino. Ahora soy su mujer ideal) ¡Chau!

Muti: Chau, chau.

En el próximo post sigo con los dos que quedan...!

4 comentarios:

una sardina dijo...

JAJAJAAJAJAJAJJAJAJAJJA

ES INIGUALABLE LA EXPERIENCIA!!

Lo mas triste es que esos tipos son el prototipo de hombre argentino...

Estamos en el horno.

Igual muy bueno el relato.

Anónimo dijo...

medio que "muti" te gusto un poquito no?

Luz - Medios/ Humanos dijo...

Un encanto, Muti...

Qué mal estamos que nos hacen creer que en ocho minutos es posible encontrar candidata/o.

¡Ansío poder leer los dos restantes!

Un beso grande, Lucía! Perdón... Un beso grande, Ro... "chau chau"!

Unknown dijo...

jajaja a mí tamb me pasa q me voy cuando algo me pareció gracioso en una charla... un capo Muti y su actitud ganador positivo bien arriba