lunes, 6 de abril de 2009

Como el sol cuando amanece

"Libre, como el sol cuando amanece, yo soy libre".
Esta frase que todos cantamos felices en algún momento pelotudo de nuestras vidas encierra, a mi criterio, una contradicción insoslayable.

¿El sol, que sale todos los días, que está condenado a hacer siempre lo mismo, ES LIBRE?

Hoy, cuando escuché esta canción de Nino Bravo, recordé este fragmento de Rayuela de Julio Cortázar:

"Me desperté y vi la luz del amanecer en las mirillas de la persiana. Salía de tan adentro de la noche que tuve como un vómito de mí mismo, el espanto de asomar a un nuevo día, con su misma presentación, su indiferencia mecánica de cada vez: conciencia, sensación de luz, abrir los ojos, persiana, el alba.
En ese segundo, con la omnisciencia del semisueño, medí el horror de lo que tanto maravilla y encanta a las religiones: la perfección eterna del cosmos, la revolución inacabable del globo sobre su eje. Náusea, sensación insoportable de coacción. Estoy obligado a tolerar que el sol salga todos los días. Es monstruoso. Es inhumano”.

1 comentario:

GonzalO! dijo...

el sol no es libre.
depende de que la tierra se le cante dar vueltas.
o que de la luna se quiera ir a dormir